Una buena comunicación es imprescindible para lograr objetivos en los procesos de cambios y desarrollo que estamos acompañando como profesionales. Cuando hablamos de lograr objetivos, no hacemos referencia solo a los propios de programa o proyecto, si no también a los transversales, como pueden ser generar un vínculo de confianza y respeto en el que ambas partes se encuentren cómodas. Como profesionales no podemos olvidar que la formación específica en habilidades sociales y gestión de conflictos la tenemos nosotras, por lo que la responsabilidad de que los encuentros cumplan con los mínimos es mayor en nuestro caso.

  • TRANSPARENCIA: La máxima que nos permita cada caso y que podamos ofrecer. Tratar con claridad las temáticas que vamos a trabajar, explicar cuáles son los antecedentes, en qué punto del proceso nos encontramos, qué consecuencias tienen las posibles conductas que se den o las posibilidades para la toma de decisiones. Es importante hablar desde la honestidad, aclarar cuál es nuestra función en el acompañamiento y cuáles son los casos en los que si se da, tenemos que comunicar ciertas circunstancias o derivar a otros recursos.
  • HORIZONTALIDAD: Explicadas las circunstancias, condiciones y el procedimiento del proceso que nos ocupa, es importante que intentemos implicar lo máximo posible a la otra persona en la toma de decisiones y que comuniquemos las derivaciones que vamos a realizar cuando se nos permita. También debemos tener en cuenta las necesidades y demandas de la otra parte en la planificación de objetivos y establecimiento de la metodología de trabajo.
  • ANTELACIÓN: En la comunicación de las intervenciones y el objetivo de las mismas.
  • RESPETO: Para el tiempo de cada proceso y la forma de gestionar o metabolizar de cada persona implicada. Sobre el respeto es importante que tengamos en cuenta la diferencia entre respeto y permisividad. Como profesionales debemos respetar los procesos siempre y cuando estos no interfieran en el bienestar integral de cada una de las partes, haciendo especial mención a las más vulnerables.
  • SOBRE LOS PREJUICIOS: Hemos de saber que todas las personas tenemos prejuicios. A veces nuestra historia personal y familiar también puede influir en el trabajo. Para un buen acompañamiento, debemos tomar consciencia de ellos y evitar que interfieran en nuestra valoración como profesionales.

A tener en cuenta:

  • Potenciar la asertividad, la escucha activa y la empatía.
  • Muchas de las personas con las que trabajamos han pasado por varios profesionales y no siempre las experiencias son positivas.
  • El rechazo o la desconfianza es normal, es nuestra responsabilidad trabajar para establecer un vínculo de confianza.
  • Debemos poner límites a las faltas de respeto, no obstante es bueno que nos recordemos que la mayoría de las veces no es algo personal.