Es necesario hablar de las consecuencias de la pandemia en la salud mental y es necesario hacerlo desde una perspectiva global que analice la relación entre las consecuencias de las crisis y el aumento de situaciones de ansiedad, estrés y depresión. 

Las consecuencias sociales, económicas y psicoemocionales de la pandemia afectan directamente a la salud mental. En cifras de la OMS un tercio de la población adulta ha visto aumentada su angustia, ansiedad o estrés, siendo en caso de la población joven, 1 de cada 2 personas las que afirman que han visto afectadas su salud mental por la pandemia.

Algunas de las consecuencias económicas de la pandemia han sido:

  • Pérdida de puestos de trabajo o empeoramiento de las condiciones, sumado a la precariedad laboral anterior.
  • Subida de precios de productos esenciales.
  • Caída del PIB de un 11% en España.
  • Aumento del desempleo.
  • Dificultad para iniciar proyectos.
  • Pérdida de alianzas comerciales.

Sumadas a estas consecuencias económicas, están las consecuencias sociales:

  • Cambio en las rutinas y dinámicas de vida.
  • Interrupción de proyectos vitales.
  • Pérdida o desvinculación de grupo de iguales.
  • Reducción de opciones de ocio.
  • Aumento de posibilidad de exclusión social.
  • Disminución de oferta cultural.
  • Aislamiento forzado por ruptura con grupos de apoyo o círculos sociales. Acusado en el caso de personas mayores.
  • Dificultades para la gestión de actividades cotidianas debido a la digitalización de los trámites.
  • Separación forzada de familiares debido a las medidas sanitarias.
  • Imposibilidad de dar o recibir apoyo en momentos vitales clave como nacimientos, enfermedades, duelos, etc

Siguiendo con las consecuencias psicoemocionales tenemos:

  • Procesos de duelo por pérdida de familiares, seres queridos o cierres de etapa forzados.
  • Aumento de ansiedad y estrés por la responsabilidad de o miedo al contagio.
  • Dificultad para la gestión emocional, principalmente frustración y tristeza.
  • Aumento de los casos de ansiedad y depresión y el consumo de medicación relacionada con la salud mental.

Todo esto se suma a las dificultades o problemas que pueden surgir en el desarrollo de la vida. En el caso de algunas personas jóvenes, es la segunda crisis económica que viven, unido a la precariedad laboral; la dificultad para encontrar residencia accesible, estable y decente; la incertidumbre de la estabilidad económica y laboral independientemente de la formación y la crisis climática.

Así que recuerda:

Si sientes que tu salud mental se ha resentido en estos últimos 2 años, no eres tú, es la pandemia. Háblalo con alguien de confianza, intenta practicar aquellas actividades que te ayuden a evadirte (sobre todo al aire libre), mantente activo o activa con los proyectos que te queden en pie, descansa cuando lo necesites y pide ayuda si ves que te cuesta demasiado.