Entender un poco mejor la situación que vive este colectivo en nuestro país, siendo uno de los colectivos más vulnerables y en el que más se vulneran los derechos.

Se denominan Menores Extranjeros No Acompañados a los menores migrantes que llegan a España sin compañía de una persona adulta de la familia que pueda hacerse cargo de su tutela. En su mayoría son varones procedentes de que están en edad de pubertad o adolescencia que vienen en embarcaciones cruzando El Atlántico hasta Canarias o en la ruta Mediterránea del Oeste, vía marítima o terrestre.

Los países de origen más frecuentes suelen ser Marruecos, Senegal, Níger, Nigeria y Mali.

A los riesgos propios de las rutas y del proceso migratorio, se le suma en este caso la característica de que son personas que están en edad de desarrollo, lo que añade dificultad a la hora de gestionar lo que pueda suceder en el viaje y en la llegada a nuestro país.

A pesar de tener un Sistema de Protección de la infancia, la realidad es que las principales Comunidades Autónomas receptoras de migración (Canarias, Ceuta, Melilla y Andalucía) tienen sus recursos colapsados.

Algunas de las dificultades añadidas a las que se enfrentan los menores en nuestro país cuando son extranjeros son las siguientes:

  • Superación del proceso de duelo. Como por ejemplo duelo por abandonar el país de origen, por separarse de su familia, por la ruptura con la cultura o por posibles fallecimientos que han vivido en el proceso.
  • Barrera idiomática.
  • Estereotipos y prejuicios asociados a las personas racializadas.
  • Racismo, incluido el racismo institucional.
  • Rechazo por parte del grupo de iguales.
  • Desventaja en formación respecto a otras personas de su edad.
  • Desconocimiento de derechos y recursos específicos a los que acudir
  • Falta de red de apoyos informales.

La situación de Menores Extranjeros No Acompañados, al igual que de menores nacidos en España, es responsabilidad de todos/as. Son personas que llegan en situación de vulnerabilidad, situación que muchas veces se cronifica y dificulta su integración y su inclusión en la sociedad.

Son un colectivo que recibe mucho odio y del que se vulneran los derechos constantemente, por lo que se debe velar por su bienestar y favorecer su desarrollo, especialmente si se trabaja en el sector social. Como profesionales no estamos exentos/as de deconstruirnos y erradicar el racismo que podamos tener integrado.