¿Qué pasa con los cuidados en el SXXI?

La ‘crisis de cuidados’ es un concepto que hace referencia a la decadencia de los cuidados de los colectivos y las personas más vulnerables y dependientes. Se popularizó en los años 2000 por autoras como Ezquerra y Orozco, que comenzaron a reflexionar sobre el papel que tienen los diferentes Estados de Bienestar en garantizar los cuidados formales a estos colectivos y ofrecer apoyo a las personas cuidadoras.

En el análisis de la crisis de cuidados, se debe tener en cuenta lo siguiente:

-Cambios demográficos de cada país & modelo económico.

-Valores individuales vs. valores comunitarios.

-Relevancia de las mujeres migrantes en el cuidado de las personas mayores y dependientes. Para ampliar más: ‘cadenas globales de cuidados’.

APOYOS INFORMALES VS. APOYOS FORMALES

Los apoyos formales son aquellos que se ofrecen desde el Estado a través de políticas sociales entre las que se pueden encontrar ayudas económicas como la de la Ley de Dependencia & servicios concretos como pueden ser centros-sociosanitarios, centros de día o equipos multidisciplinares que ofrezcan esta atención y cuidados en espacios diversos.

Los apoyos informales son aquellos que se aportan desde las relaciones sociales familiares, vecinales & comunitarias. También desde colectivos o grupos autogestionados en los que cada persona de forma voluntaria pone a disposición de quien lo necesite su tiempo, sus conocimientos, sus habilidades y herramientas. Es de este apoyo desde donde sale la mayor parte de los cuidados emocionales.

PERSPECTIVA DE GÉNERO

-Se considera que uno de los motivos de la crisis de cuidados es la falta de políticas sociales que garanticen la conciliación familiar-laboral y la falta de reconocimiento y regularización de las labores de cuidados, haciéndolo un sector con un alto índice de explotación laboral. Además, la mayoría de la responsabilidad de los cuidados informales recae en las mujeres, que se han ido incorporando al mercado laboral sin que los hombres se encarguen de las labores de cuidados al mismo ritmo.

-La no incorporación de los hombres a las responsabilidades de la vida familiar y doméstica, originan una doble jornada laboral en las mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar. Esto puede afectar a su carrera profesional y se conoce como ‘suelo pegajoso’.

Hay algo positivo en todo esto, que se ha visto acentuado desde la pandemia: el apoyo de la comunidad. Durante el confinamiento, las iniciativas vecinales que se responsabilizaron de los cuidados de personas mayores y de la conciliación laboral de familias monoparentales, pusieron en valor la importancia de las acciones socio-comunitarias. Tomar consciencia de la importancia de unas políticas sociales que garanticen la igualdad de oportunidades y derechos es igual de necesario que implicarnos en pequeñas acciones que mejoren el día a día de quienes nos rodean.